Hackers chinos han sustraído información a centros españoles que trabajan en la investigación de una vacuna para la covid-19, según fuentes conocedoras de estos ciberataques. Los asaltos a los sistemas informáticos se han repetido en varios países que compiten en la carrera por obtener un remedio frente a la pandemia, según reveló este jueves la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, quien añadió que sus respectivos servicios secretos intercambian información para evitarlos, aunque no ofreció detalles.
Durante un seminario organizado por la Asociación de Periodistas Europeos (APE), la directora del servicio español alertó del crecimiento “cualitativo y cuantitativo” de los ciberataques durante el confinamiento, ante la extensión del “área de exposición” a esta amenaza que ha supuesto la ampliación del teletrabajo. Y subrayó los ciberataques a “sectores sensibles como el sanitario y el farmacéutico”, así como “una campaña, especialmente virulenta, no solo en España, contra laboratorios que trabajan en la búsqueda de una vacuna para la covid-19”.
La mayoría de estos cibertaques, según las fuentes consultadas, proceden de China y Rusia. En muchos casos se trata de entidades estatales, pero también hay universidades y organizaciones criminales que comercian con la información sustraída. En España se sabe que el ciberataque procedía de China. Las fuentes consultadas no han revelado la importancia ni el carácter de la información sustraída.
En julio pasado, un tribunal federal de Spokane, en el estado de Washington, acusó a dos ciudadanos chinos residentes en Cantón (China), Li Xiaoyu y Dong Jiazhi, de piratear durante más de una década los sistemas de cientos de empresas de alta tecnología, Gobiernos, ONG y activistas proderechos humanos en EE UU, Australia, Bélgica, Alemania, Japón, Lituania, Holanda, Corea del Sur, Suecia, el Reino Unido y España. En los últimos meses, según la acusación, “investigaron vulnerabilidades en las redes informáticas de las empresas que desarrollan vacunas covid-19, tecnología de prueba y tratamientos” para la enfermedad. Los hackers trabajaban a veces en su propio beneficio, pero también colaboraban con el MSS, el Ministerio de la Seguridad del Estado chino.
Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que desarrollan vacunas experimentales contra la covid fueron convocados antes del verano a una reunión para advertirles de que tomaran precauciones frente a posibles robos de datos, según confirman dos de los asistentes. Sin embargo, los responsables de seis de los grupos españoles que elaboran prototipos de vacunas aseguran que no les consta ninguna sustracción de datos en sus sistemas informáticos.
n portavoz del CSIC afirma que en sus centros —el Centro Nacional de Biotecnología y el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, ambos en Madrid— no ha habido ningún robo. Fuentes del Hospital Clinic de Barcelona aseguran desconocer que se haya producido alguna intrusión en los ordenadores en los que se almacenan los resultados de una vacuna experimental basada en el material genético del nuevo coronavirus. Tampoco reconocen sustracción de datos en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) o en la Universidad de Santiago de Compostela, donde el equipo de José Manuel Martínez Costas investiga un enfoque original, basado en una estrategia de los virus de las aves.
En España hay una decena de proyectos para desarrollar vacunas contra la covid. Los más adelantados son los liderados por el virólogo Mariano Esteban, en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, y por el médico Felipe García, en el Hospital Clínic. Ninguno ha comenzado todavía los ensayos en humanos.
Actualmente hay 182 vacunas experimentales contra la covid y 36 de ellas ya se están probando en decenas de miles de voluntarios, según el registro de la Organización Mundial de la Salud. La UE ha reservado más de 1.300 millones de dosis de seis proyectos diferentes, aunque ninguno ha demostrado aún su seguridad y eficacia.
Fuente: elpais.com