GINEBRA (EFE).-La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a los Gobiernos a incrementar "urgentemente" los análisis y el tratamiento de las hepatitis B y C, que afecta a 325 millones de personas en el mundo y causa 1,34 millones de muertes el año.
Con motivo de celebrarse el pasado sábado el del Día Mundial contra la Hepatitis, la OMS ha lanzado la campaña "Pruebas. Tratamiento. Hepatitis", a fin de concienciar a los ciudadanos, gobiernos y trabajadores de la salud de la importancia de atajar y tratar a tiempo esta enfermedad, que causa cáncer hepático y cirrosis.
Las hepatitis B y C son infecciones crónicas que pueden mantenerse asintomáticas durante años.
El director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó en un mensaje de vídeo grabado que la hepatitis vírica "degrada lenta y silenciosamente la salud de las personas".
Son formas comunes de transmisión la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasores en que se usa equipo infectado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre al hijo en el parto o de un miembro de la familia al niño y también el contacto sexual.
Al menos un 60 % de los casos de cáncer hepático se deben a un diagnóstico y tratamiento tardíos de las hepatitis B y C.
La baja cobertura de las pruebas diagnósticas y del tratamiento "es el problema más importante que hay que resolver" para lograr la eliminación mundial" de la enfermedad en 2030, dijo.
Ghebreyesus afirmó que la hepatitis es "uno de los problemas de salud más urgentes del mundo".
Sin embargo, "solo una de cada diez" de las personas afectadas ha sido diagnosticada y solo "una de cada cinco ha recibido un tratamiento adecuado", recalcó.
En todo el mundo, menos del 20 % de los ciudadanos tenían a finales de 2016 acceso a los análisis y tratamientos para infecciones de hepatitis B y C, de acuerdo con la OMS.
La buena noticia, dijo, es que el mundo dispone de "nuevas medicinas que pueden curar la hepatitis C en tres meses o menos".
La OMS ha emitido este mes nuevas recomendaciones que "instan a tratar a todo el mundo que padezca hepatitis C y tenga 12 años o más con estas nuevas medicinas", subrayó Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Esto equivale a tratar a 70 millones de personas, dijo el máximo responsable de la agencia sanitaria de la ONU.
Muchos países de ingresos bajos no disponen de laboratorios que puedan efectuar las pruebas del virus de la hepatitis C y aunque la capacidad exista en algunas naciones, solo están disponibles normalmente en ciudades grandes y las pruebas son muy caras.
La introducción de los agentes antivirales directos (AAD) permite simplificar los medios de laboratorio necesarios, puesto que las combinaciones de esos medicamentos serán eficaces contra todos los genotipos, lo que elimina la necesidad de genotipificación.
Además, dado que son mucho más seguros, se necesitarán muchas menos pruebas para vigilar los eventos adversos, recalca la OMS.
Según un reciente informe de la organización, 1,5 millones de personas empezaron en 2016 el tratamiento con agentes antivirales directos (AAD) frente al millón registrado en 2015.
Mientras que los análisis, el diagnóstico y el tratamiento "son esenciales para eliminar la hepatitis", la OMS también considera importante promover "un fuerte enfoque en la prevención".
"Tenemos una clara visión para eliminar la enfermedad y tenemos las herramientas para hacerlo", recalcó el director general.
Eso sí, hay que acelerar el progreso obtenido para conseguir el objetivo de eliminar la hepatitis en 2030, tal y como se comprometieron 194 países en 2016, indicó.
Para ello, dijo, la lucha contra esta enfermedad debe formar parte de los esfuerzos por conseguir la cobertura sanitaria universal, "basada en unos sistemas de salud más fuertes que permitan a las personas acceder a todos los servicios médicos que necesitan, sin tener que sufrir por ello dificultades económicas".
"Eliminar la hepatitis requerirá innovaciones constantes, mejores medicinas y mejores servicios de salud", recalcó a su vez el doctor Gottfried Hirnschall, director de la OMS para el VIH y la Hepatitis.
En este sentido no es solo importante una "acción renovada" para combatir la hepatitis, sino también "inversiones", a fin de "conseguir un mundo en el que la transmisión quede frenada y todo el mundo que viva con hepatitis vírica tenga acceso a un tratamiento seguro, accesible y eficaz", enfatizó.
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